¿Qué leemos cuando leemos mitos griegos?
Desde la Edad de Piedra hasta la caída del imperio minoico se produjeron, en la Eurasia post glacial, cientos de estatuillas sin rasgos particulares pero evidentemente femeninas, maternales, grávidas. Los descubridores las bautizaron "Venus de...", seguidas del nombre de la localidad donde fueron encontradas.
Hoy existe la certeza de que eran imágenes de la Triple Diosa, la Diosa-Madre, que velaba, bajo diferentes aspectos, por las sociedades matrilineales imperantes. El antiquísimo relato de la diosa que convertida en paloma incuba el Huevo Universal, de donde nacerá todo, es un ejemplo.
El ascenso de la cultura griega y sus conquistas trajo consigo dioses masculinos, arquetipos de reyes y hombres dominantes que ya no permitirían que regresaran a la mujer los privilegios que había disfrutado en el pasado.
Los mitos fueron violentamente cambiados.
Abuelito Urano, papá Cronos y el hijo Zeus se hicieron cargo.
Finalmente, Zeus destacó, principalmente, por seducir, enamorar o forzar a diosas, ninfas y mortales. Las diosas antiguas a su vez se convirtieron en ninfas o en simples mujeres. Pandora (y luego Eva) trajeron todos los males al mundo y así les va.
De esos y otros temas tratan estos libros, donde también se ven personajes opuestos, como Apolo y Dioniso, o complejos, como Heracles o Ulises, que tal vez surgieron de muchas historias diferentes unidas bajo un mismo nombre.
En la 45º Feria del Libro de Buenos Aires,
con Medusa (la ilustradora Paula Ventimiglia),
y Graciela Repún,
coautora en la vida y en el arte.